31 dic 2016

Las apariencias engañan: Colosos

Cuando mencionamos la palabra "Coloso" en referencia al mundo antiguo acuden a nuestra mente tres ejemplos:




  • El coloso de Rodas

  • La estatua colosal de Nerón 

  • El Coliseo que debe su nombre a esta estatua de Nerón.
Ya en épocas más modernas:


  • El Coloso de Goya

  • El Coloso de los cómics Marvel


Es decir, que cuando hablamos de Coloso imaginamos algo gigante, enorme y de ahí viene nuestra palabra "colosal" para algo gigantesco.

Pero esto es un "engaño" de la historia, por decirlo de alguna forma, porque la palabra Kolosso no tenía este significado cuando se utilizaba por primera vez.

"Kolosso", de dónde viene después Coloso, era una palabra doria que hacía referencia a los ídolos anicónicos, es decir, piezas que tenían forma antropomórficas y zoomórficas que se utilizaban para culto ya en época prehistórica, pero con una representación indeterminada.  

Con el tiempo comenzaron a tener ya una imagen determinada de un dios o de una persona (como es el caso del Ka en Egipto).  Pero, al mismo tiempo se utilizaban los anicónicos que podían ser utilizadas para echar maldiciones o hacer magia blanca y curar enfermedades. Y también eran los exvotos que los fieles dejaban en los santuarios como agradecimiento o como petición al dios.  

Es decir, que los kolossos eran pequeñas estatuillas de apenas unos centímetros.

Con el paso del tiempo se terminó por denominar kolossos a cualquier estatua, sin diferenciar material, ni tamaño ni a quién representase.

Fue con la aparición del Coloso de Rodas, escultura de Cares de Lindos del siglo III a. C., una de las 7 maravillas del mundo antiguo, cuando el significado de esta palabra cambió, y comenzó a utilizarse exclusivamente en las esculturas de grandes dimensiones, es decir, a las estatuas colosales.

Un curioso cambio de significado de una palabra para este fin de año.

¡¡FELIZ ENTRADA EN EL 2017!!


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