24 ene 2015

La ya famosa barba de Tutankhamon

Esta semana ha circulado por todos sitios la noticia de que a la máscara de Tutankhamon le habían pegado, de muy mala manera, la barba después de que a algún patoso la "rompiese".  La noticia ha corrido como la pólvora por noticiarios, periódicos y redes.

Veamos algunas cosillas sobre la famosa barba ritual.

El descubridor y excavador de la tumba H. Carter, en su libro "La tumba de Tutankhamon" nos cuenta sobre el descubrimiento de la máscara y por tanto de la barba:

"La máscara de oro batido, un ejemplar bello y único del retrato antiguo, tiene una expresión triste pero serena, que sugiere la juventud truncada prematuramente por la muerte. Sobre su frente había las insignias reales, el buitre Nekhbet y la serpiente Buto, labradas en oro macizo, emblemas de los Dos Reinos sobre los que había gobernado. La barbilla llevaba la tradicional barba de Osiris, labrada en oro y lapislázuli. Alrededor del cuello tenía un collar triple de cuentas discoidales hechas de oro rojo y amarillo y fayenza azul."

La máscara con dicha barba fue descubierta el día 23 de octubre de 1926, cuando se retiró la tapa del ataúd anterior.  Y nos cuenta al respecto H.Carter ese mismo día en su diario:

"The removal of the lid revealed yet a third coffin, manifestly anthropoid in form, but the main details of which are hidden by a close fitting reddish coloured linen shroud, apparently well preserved. The gold mask of the face in this case was bare, the features being even more juvenile than heretofore. Placed Over the breast of the coffin & and attached to the shoulders headdress wais an elaborate bead and floral collarette upon papyrus, several inches in depth."

Ese día, Carter descubrió el tercer ataud de Tutankhamon, donde estaba "pegada" la famosa barba. Hasta el siguiente día no levantó el sudario rojo que cubría la máscara, así que el día 23 por fin la vio.

El día 23 Burton hizo esta foto:





El número de inventario fue 256A. La barba está situada donde le corresponde.

En otras fotos de Burton, una vez el ataud fue extraído, la barba ya no aparece:






Después la máscara aparecería así fotografiada por el mismo Burton:




Sin barba pero donde se aprecia el lugar donde estaba colocada.

En otra foto aparece la barba y el collar del que también habla en el texto H.Carter:


Una barba de "quita y pon" que ya no podrá volver a quitarse probablemente.




22 ene 2015

La reconstrucción de una historia a partir de los textos clásicos: el caballo de Troya

Esta entrada se la dedico a Fernando Plans de Blog de Filología Clásica que fue quien colgó la foto que la ilustra  y en cuanto la vi supe que tenía que escribir algo sobre el famoso Caballo de Troya.


El Vaso de Mykonos, fechado hacia el 670 a.C.
(la foto se la he copiado a Fernando que se la había copiado a @MariaSuu)


¿Quién no conoce el famoso Caballo de Troya?  Un enorme caballo de madera, utilizado como estratagema en la guerra (del mismo nombre), por parte de los griegos para introducirse dentro de las murallas de la ciudad de Troya.  

Gracias a la película "Troya"  creemos que es en la "Iliada" donde Homero nos relata la estrategia (¡Oh! ¡gran error!), no es así porque en este relato no aparece el caballo en ningún momento.  Pero siguiendo otros textos podemos reconstruir los hechos (cuales CSI) para conocer que ocurrió con el famoso artilugio.

Los antecedentes son los siguientes, muy a grandes rasgos: la bellísima Helena de Esparta estaba casada con Menelao, hermano de Agamenón que era rey de Micenas.  Paris y su hermano Héctor, príncipes de Troya (su nombre original era Ilion), hijos del rey Príamo, llegan a Esparta y debido a un ardid de la diosa Afrodita y del propio Paris (esta es otra historia que contar otro día), Helena se enamora locamente de Paris.  Paris y Helena huyen de Esparta como tortolitos y, regresando a Ilion.  Entonces Menelao acude a pedir ayuda a sus aliados: los griegos, y así juntos poder recuperar a su esposa de los brazos de Paris.  Es así como comienza la famosa GUERRA DE TROYA.  Lo que en realidad fue una guerra entre Oriente y Occidente tan de moda últimamente y que está en boca de los periodistas participantes en debates televisivos. 

La guerra fue muy dura y larga y los griegos, temiendo morir y no poder volver nunca más a sus patrias si seguían por aquel camino deciden cambiar su estrategia, y su suerte de paso, y ganar la guerra: construyen un caballo gigante, dentro irían escondidos los mejores guerreros (unos dicen que 50, otros que 3000), claro que los troyanos no sabían nada (aunque algunos como Casandra, algo se olían). Y como si fuese una ofrenda a los dioses por permitir su regreso al hogar, dando gracias por ello, lo dejaron a la vista de los troyanos y ellos fingieron marcharse y volver a casa.  Los troyanos, muy píos ellos, pensando que era lo que no era, decidieron introducirlo en su ciudad para encargarse de donarlo ellos mismos a los dioses en el templo.  Por la noche, mientras todos dormían, los guerreros griegos salieron de las entrañas de la mentira y tomaron la ciudad de Ilion.

Esta es la historia que conocemos, pero imaginad que no tuviésemos ni idea de la misma.... ¿cómo podemos nosotros reconstruir la aventura del caballo?  Acudiendo a las fuentes clásicas, por supuesto, aquí vamos a leer unas pocas sobre esta historia. 

Para saber un poco sobre el plan del bando griego:

El hijo de Laertes, gracias a su sagacidad, supo entreverla y, en respuesta, proclamó estas palabras:
«Amigo mío, del todo honrado por los dioses celestiales, si en verdad les está destinado a los aqueos, hábiles guerreros, conquistar la ciudad de Príamo mediante ardides, tras construir un caballo, de buena gana subiremos los proceres a ese escondite; las tropas, por su parte, con las naves han de marchar lejos de aquí, a Ténedos, no sin antes incendiar todos sus tiendas, a fin de que los troyanos, al observarlo desde su villa, se dispersen por la llanura, ya sin temores.  Quinto de Esmirna "Posthoméricas" XII, 22.

Podemos saber qué era el Caballo y quien lo construyó, nos cuenta esta fuente escrita por parte de los griegos:

Más tarde planeó la construcción de un caballo de madera y se lo encargó a Epeo, que era arquitecto. Éste cortó troncos en el Ida y construyó un caballo hueco y abierto en los flancos. Odiseo persuadió a los cincuenta mejores o, según el autor de la Pequeña Ilíada, a tres mil, para que entrasen en él; y a los demás, para que al llegar la noche quemasen las tiendas y, retirándose a las cercanías de Ténedos, fondearan allí y regresaran a la noche siguiente.  Ellos obedecieron e introdujeron a los mejores en el caballo, después de confiar el mando a Odiseo y grabar la siguiente inscripción: «Los helenos en agradecimiento a Atenea por su regreso a la patria". Ellos mismos quemaron sus tiendas, y dejando a Sinón, que debía encender una antorcha como señal, se hicieron a la mar durante la noche y quedaron al pairo en las proximidades de Ténedos.  Apolodoro "Biblioteca" 5, 14.

Varios autores nos relatan el encuentro de los troyanos del caballo.  Primero leamos a Virgilio:


Los jefes de los dánaos, quebrantados al cabo por la guerra,
patente la repulsa de los hados -son ya tantos los años transcurridos-,
construyen con el arte divino de Palas un caballo del tamaño de un monte
y entrelazan de planchas de abeto su costado.
Fingen que es una ofrenda votiva por su vuelta. Y se va difundiendo ese rumor.
A escondidas encierran en sus flancos tenebrosos
la flor de sus intrépidos guerreros y llenan hasta el fondo
las enormes cavernas de su vientre de soldados armados.
A la vista de Troya esta la isla de Ténedos, sobrado conocida por la fama.
Abundaba en riquezas mientras estuvo en pie el reino de Priamo,
hoy solo una ensenada, fondeadero traidor para las naves.
Hasta allí se adelantan los dánaos y se ocultan en la playa desierta.
Virgilio "Eneida" II, 13.

Por parte de Quinto de Esmirna sabemos un poco más sobre este hallazgo:

Los troyanos atisbaron entonces, sobre las costas del Helesponto, el humo que aún se remontaba por el aire, mas no divisaban ya las naves que de la Hélade les habían traído la horrible aniquilación. Corrieron todos alborozados hacia las playas, revestidos con sus armas, pues todavía el miedo dominaba su corazón. Contemplaron el bien pulido caballo, y a su alrededor se plantaron asombrados, pues en verdad resultaba una gran obra.  Quinto de Esmirna, "Posthoméricas" XII, 355

Homero en la "Iliada" nos cuenta como siguió la historia:

Del caballo en la entraña escondidos, los otros en torno
se agrupaban de Ulises ya en medio de Troya; los teucros
por sí mismos lo habían arrastrado al alcázar y, erguido
en mitad, discutían a su pie y en confuso alboroto. 
Tres sentencias allí se escuchaban: romper con el bronce
implacable la hueca madera, llevarlo arrastrando
a la cima y dejarlo caer por las rocas, guardarlo
como ofrenda preciosa a los dioses. Y fue esta postrera
la que luego se había de cumplir, pues conforme al destino 
la ciudad debería perecer una vez que albergase
al caballo de tablas ingente en que estaban los dánaos
más ardidos tramando a los teucros matanza y ruina.
Homero "Iliada" VIII, 490.

Higino nos vuelve a contar toda la historia, con algunos detalles más, leemos:

1. No habiendo podido los aqueos tomar Troya a lo largo de diez años, Epeo —por consejo de Minerva— construyó un caballo de madera de admirable tamaño, y en él se encerraron Menelao, Ulises, Diomedes, Tesandro, Esténelo, Acamante, Toante, Macaón, Neoptólemo481. Y en el caballo escribieron: «Los dáñaos lo entregan como regalo a Minerva», y a su vez trasladaron el campamento a Ténedos.
2. Cuando los troyanos lo vieron, pensaron que los enemigos se habían marchado. Príamo ordenó que el caballo fuera llevado a la ciudadela de Minerva, y mandó que se celebrara una gran fiesta. La adivina Casandra gritó que había enemigos dentro, pero no se le concedió crédito.
3. Después de haberlo colocado en la ciudadela, llegada la noche, los troyanos se quedaron profundamente dormidos, extenuados por efecto del juego y del vino. Entonces los aqueos salieron del caballo, que había abierto Sinón, y mataron a los centinelas de las puertas. Dada una señal, recibieron a sus compañeros y tomaron Troya.  Higinio "Fabulas" 108.

Para saber cómo fue introducido en la ciudad podemos acudir a Virgilio de nuevo:

Abrimos una brecha en la muralla y allanamos los baluartes 
de la ciudad. Se entregaron todos a la tarea. Van calzando
los pies del caballo rodillos corredizos.
Y en torno de su cuello tienden sogas de cáñamo.
Remonta nuestros muros la máquina fatal preñada de guerreros.
Alrededor van niños y niñas entonando sacros cánticos.
Disfrutan tocando la maroma con sus manos. Ella, amenazadora, va subiendo
y se va deslizando hasta el mismo centro de la ciudad.
¡Oh, patria! ¡Oh, Ilion, morada de los dioses! ¡Oh, muralla dardania
afamada en la guerra! Cuatro veces se para en el mismo dintel
de la puerta el caballo y resuenan cuatro veces las armas de su vientre.
Con todo aun apremiamos aturdidos, ciegos de frenesí.
Y en nuestro sacro alcázar emplazamos el monstruo de desgracia.
También entonces Casandra abre sus labios anunciando los hados inminentes,
labios nunca creídos de los teucros por mandato de un dios.
Nosotros desdichados -aquel seria el ultimo día de nuestra vida- vamos
por la ciudad enguirnaldando los templos de los dioses. Virgilio "Eneida"  II, 233.


Hay que tener en cuenta que ninguno de los autores vivió la guerra en primera persona y que unos lo hicieron por parte de los troyanos y otros por parte de los griegos.  Las fechas:
  • La guerra de Troya - siglo XII a.C. (según Eratóstenes)
  • Homero vivió en el siglo VIII a.C., el primero que puso por escrito las obras "Odisea" e "Iliada" por escrito... ¡¡5 siglos después de que ocurriese!!
  • Apolodoro de Atenas vivió entre el 180 a.C. y el 119 a.C.
  • Publio VIRGILIO Maron - vivió entre el 70 a.C. y el 19 a.C.
  • Cayo Julio HIGINIO vivió entre el 64 a.C. y el 17 d.C.
  • Quinto de Esmirna vivió entre el siglo III y IV d.C.






17 ene 2015

Cómo convertir a un bebé en un aguerrido guerrero según el sistema Espartiata.

La espartiata es una de esas culturas que se rodean de un halo de romanticismo, que en la actualidad mitificamos, pero no era un vida nada utópica, eran duros y aguerridos, valientes, y esto se lo debían a una estricta educación desde niños, algo impensable en la actualidad desde el punto de vista humano.  Veamos:




La espartiata era una sociedad basada en la eugenesia, en la selección de los mejores para convertirse en ciudadanos.  En el momento en que el bebé nacía, su padre lo llevaba ante los ancianos de la tribu para su presentación.  Estos lo examinaban  para comprobar que el recién nacido estaba sano y bien formado. Solo si era un niño perfecto, sano y fuerte, podría ser ciudadano y recibir, por lo tanto, una parcela de tierra para cultivar.  

Si era rechazado, el bebé se arrojaba por una sima cuyo nombre era, eufemístico, "Depósitos", a los pies de del Taigeto.

El bebé, seleccionado, y por lo tanto que se libraba de la "exposición", era criado sin pañales para que su cuerpo creciese con total libertad y no se viese constreñido ni atado, así los músculos y huesos crecían sin malformaciones.  Al niño no se le permitían las rabietas ni ningún capricho y ya desde los primeros meses de vida debía aprender a estar solo y a no tener miedo a la oscuridad.



A los siete años, el niño, dejaba su hogar y pasaba a ser educado por el Estado.  Era obligado a abandonar su hogar y a romper todo vínculo con su familia, a la que dejaba de ver a excepción de contadas ocasiones y de visita.  A esta época de su infancia, dice mucho de su mentalidad, se la denominaba "rebaños" y entraban en la institución denominada "conducción".  


Hasta los doce años endurecían su cuerpo y su carácter con juegos y pruebas que realizaban desnudos y descalzos.  Aprendían además a leer, escribir, aritmética, expresión oral, música, danza y poesía.  



A partir de los doce años, a los niños se los dividía en compañías, según su edad.  Siempre permanecían en grupos.  Vestían sólo un manto.  Comían poco, conminándoles a desarrollar su ingenio y destreza en el robo, en el caso de ser pillados recibían un castigo severo, debían aprender a no ser descubiertos.    En este periodo el entrenamiento era básicamente militar, solo se les seguía instruyendo en danza y música por sus grandes beneficios tanto religiosos como por el ejercicio físico  y por ser un sistema óptimo para seguir el ritmo del  movimiento de la falange hoplítica.

A partir de los 14 años, su relación con el mundo adulto era normalizada, los jóvenes tenían que aprender los mecanismos de poder y como ser un ciudadano modelo.  Los adultos,  de unos 30 años, pasaban a convertir al adolescente en su amante.  A partir de ese momento se convertían en su guía  y conductor, responsabilizando de las acciones del pequeño, de forma que si este cometía un error, el adulto era castigado por ello.  La "pederastia" estaba socialmente admitida y tanto Plutarco como Jenofonte la defienden,  según ellos mismos afirman, con ella no se buscaba el goce físico (esto nos lo creeremos o no, claro), incluso este último autor creía que someter a la persona a la sodomía era la mejor forma de educarla. 

A los 20 años, y hasta los 30, comenzaba su instrucción militar en el ejército.  A los 30 el joven ya ciudadano de pleno derecho, pudiendo participar en la Asamblea de ciudadanos, incorporarse a las filas hoplíticas del ejército y participar en las magistratutras.  Además ya podía casarte y formar una familia.



No todos, solo unos pocos seleccionados, probablemente d la alta nobleza espartiata, además de toda la educación anterior, debían pasar una prueba, la denominada cripteia, que ocurría entre los 20 y 30 años.  Se trataba de un rito de paso ancestral: los jóvenes vestidos con solo una túnica (la prueba se realiza en inverno), sin calzado, litera, esclavos,... solo con un puñal, tenían que vagar  por las montañas escondiéndose durante le día para no ser descubiertos por los adultos y evitar así ser castigados, eran la presa de su propio pueblo.  Para sobrevivir tenían que robar y por la noche era cuando se convertían en cazadores, descendiendo de las montañas y matando a los hilotas (esclavos propiedad del estado espartiata).  

Este sistema educativo era la piedra angular de Esparta, convertía a los niños en aguerridos ciudadanos y guerreros, soldados, al mismo tiempo que virtuosos y acatadores de las leyes inmutalbes del Estado.  Solo los reyes y las mujeres no participaban de esta educación y los 300 lo hacían solo en parte.  El principal objetivo era el bienestar de la comunidad, que se situaba por encima de todo, no tenía cabida ni el beneficio ni la gloria personal, no podían demostrar arrogancia ni opulencia.  Todos eran iguales y todos eran un uno.




Fuentes:

Plutarco, "Vida de Licurco", Gredos, Madrid, 1985.

Jenofonte, "La república de los Lacedemonios", Gredos, Madrid, 1984.

Fornis, C.  "Esparta.  Historia, sociedad y cultura de un mito historiográfico", Crítica, Barcelona, 2003.

Fotos:

Película "300".


7 ene 2015

Davis: un buscador de tesoros disfrazado de "egiptólogo"







El 6 de enero de 1907, Edward R. Ayrton y su patrocinador Theodore M. Davis, descubrieron en el Valle de los Reyes una tumba de la dinastía XVIII, fue numerada como KV55.






Se encuentra junto a la tumba de Ramsés XI y por encima de la de Ramsés II. Mide 27,61m así que es de las tumbas más pequeñas de Valle. El esquema del interior de la tumba es el siguiente: una entrada conduce a unas escaleras, después un pasillo inclinado, al final de este la cámara mortuoria y en lateral se abre una pequeña cámara. La tumba no tiene decoración, solo unas marcas parecen indicar que estaba panificada una cámara más que nunca llegó a realizarse.






La tumba es un gran interrogante aún hoy en día, en gran parte debido a los trabajos inadecuados y chapuceros de sus descubridores.

T.M.Davis era un acaudalado abogado norteamericano que consiguió la concesión para excavar en el Valle en 1902. Junto con J. Quibell, al que sucedió en el cargo Weigall, como inspector del Servicio de Antigüedades, realizó un primer descubrimiento, la KV46, que era la tumba de Tuya y Yuya, se trataba de a tumba más intacta de Valle hasta el momento.

Davis en esta ocasión casi destruye la tumba, cuando al inclinarse para leer el nombre de los propietarios de la tumba ocurrió lo siguiente:

"El señor Maspero [anciano ya y que acompañó a los descubridores en la apertura de la cámara sepulcral] gritó: <<¡Tenga cuidado!>>, y me apartó las manos [escribe el mismo Davis]. Al momento nos dimos cuenta de que si mi vela hubiese tocado el bitumen, cosa que estuvo peligrosamente a punto de pasar, el ataúd habría ardido en llamas. Como todo el contenido de la tumba era inflamable, y justo enfrente de ataúd se encontraba un corredor que llevaba al aire libre y se producía una corriente de aire, sin duda habríamos perdido la vida, ya que la única vía de escape era por el corredor, y habríamos tenido que trepar por encima del muro de piedra que tapaba la puerta."




A finales de 1905 Davis comenzaría a trabajar con Ayrton, sucesor de Weigall como inspector, un joven de 22 años que, aunque arqueólogo, no tenía poder sobre las exigencias de Davis que buscaba resultados rápidos, sin interesarle la precisión, la conservación o el registro científico. Juntos descubrieron y desmantelaron la KV55. 

Davis quiso despejar la tumba rápidamente, su objetivo era encontrar una tumba intacta, estos descubrimientos solo eran piedras en su camino. Con las prisas por vaciar la tumba, para continuar su búsqueda, destruyó la mayoría de datos científicos que hubiesen ayudado a conocer mejor este descubrimiento: sin catalogar ni inventariar, el control sobre las piezas fue mínimo y muchas de ellas desaparecieron, fueron vendidas en el mercado de antigüedades o regaladas por el propio Davis, las piezas se dividieron y dispersaron por el mundo, perdiéndose toda la información que nos pudiesen aportar.





Ayrton murió prematuramente, en un accidente de caza, sin llegar a publicar la excavación, sus datos como arqueólogo con experiencia hubiesen sido inestimables. En cambio, Davis realizó una publicación pero hoy en día se duda de sus datos, llenos de lagunas, inexactitudes y errores.




Sir Alain Gardiner escribiría al respecto:

"La historia de la excavación en Egipto presenta, junto a muchos trabajos espléndidos, una serie de desastres casi continuos. El mayor desastre de todos es cuando los resultados han quedado sin publicar. Pero es también un desastre cuando la publicación es incompleta o errónea. Esto fue, desgraciadamente, lo que ocurrió con el volumen de T.H. Davis titulado La umba de la reina Tiya, Londres, 1910. "




Fuentes:







http://ib205.tripod.com
Reeves, N. y Wilkinson, R. H., Todo sobre el valle de los Reyes. Destino. 1998
http://es.wikipedia.org/wiki/KV55
Tyldesley, J., La maldición de Tutankamón. La historia de un rey egipcio, Ariel, 2012






 

1 ene 2015

La tragedia de Hipólito y el sarcófago de la Torre del Pretorio (Tarragona)

La tragedia de Hipólito según Euclides

Hipólito era hijo de Teseo, el rey de Atenas y de Hipólita, la amazona, nieto de Etra y Posidón.  El chico era muy bello y virtuoso y Fedra, la nueva esposa de Teseo a la muerte de Hipólita (por lo tanto madrastra de Hipólito) se volvió loca de deseo por él, aunque en realidad era un plan de Afrodita que quería destruir a Hipólito.  

FEDRA. — Mis manos están puras, mi corazón es el que está contaminado.
NODRIZA. — ¿ Por un maleficio obra de algún enemigo tuyo?
FEDRA. — Un amigo me ha destruido, sin quererlo yo y sin quererlo él.
NODRIZA. — ¿ Ha cometido Teseo alguna falta contra ti?
[...]
NODRIZA. — ¿Y, a pesar de mis súplicas, pretendes contarme cosas en que quisiera ayudarte?
FEDRA. — Sí, porque intento hallar una salida decorosa de mi vergüenza.
[...]
FEDRA. — ¡Oh madre desgraciada, qué amor te sedujo!
NODRIZA. — El que tuvo del toro. ¿A qué esto?
FEDRA. — ¡Y tú, hermana infeliz, esposa de Dioniso! 
NODRIZA. — Hija, ¿qué te ocurre? ¿Injurias a los tuyos?
FEDRA. — Y yo soy la tercera, desdichada de mal.¡cómo me consumo!
[...]
NODRIZA. — ¿Qué dices? ¿Estás enamorada, hija mía? ¿De quién?
FEDRA. — Del hijo de la Amazona, quienquiera que sea.
NODRIZA. — ¿Te refieres a Hipólito?
FEDRA. — De tus labios has oído su nombre, no de los míos.
[...]
NODRIZA. — [...] Estás enamorada. ¿Qué hay de extraño en esto? Le sucede a muchos mortales. ¿Y por este amor vas a perder tu vida? ¡Menudo beneficio para los enamorados de ahora y los del futuro, si tienen que morir!
[...]
FEDRA. — Temo que me vayas a resultar demasiado sabia.
NODRIZA. — Ten por seguro que acabarás por tener miedo de todo. Pero ¿de qué te asustas?
FEDRA. — De que vayas a contar algo de esto al hijo de Teseo.
NODRIZA. — No te preocupes, hija, eso lo dispondré yo bien. (A Afrodita.) Sólo te pido que me prestes tu ayuda, Cipris, soberana del mar. El resto de lo que proyecto me bastará con decirlo a los amigos de la casa. (La Nodriza entra en palacio.)

Fedra mantuvo en secreto su pasión por Hipólito pero su nodriza, en contra de la voluntad de Fedra, se lo contó a Hipólito.  

[...] 
CORO. — ¡Ay de mí, qué desgracia! Has sido traicionada, hija. ¿Qué haré para salvarte? Lo oculto salid a la luz, estás completamente perdida...
FEDRA. — ¡Ay, ay! ¡Oh, oh!
CORO. — Traicionada por tus amigos.
[...]
HIPÓLITO. — ¡Oh tierra madre y rayos del sol, qué palabras he oído que ninguna voz se atrevería a pronunciar!
NODRIZA. — Calla, hijo, antes de que nadie oiga tus gritos.
HIPÓLITO. — No es posible callar, después de haber oído cosas terribles.
[...]

Hipólito, rechaza a Fedra:

[...] 
HIPÓLITO. —  (A la Nodriza.) Así también ahora tú, oh cabeza funesta, has venido a proponerme a mi relaciones en el inviolable lecho de mi padre. Yo me purificaré de esta impureza con agua clara, lavando mis oídos.  ¿Cómo podría ser yo un malvado, yo que, por sólo escuchar semejantes proposiciones, me considero iMpuro? Sábelo bien, mi piedad es la que te salva, mujer.  Si no hubiera sido cogido indefenso por juramentos hechos en nombre de los dioses, nada me hubiera impedido contárselo a mi padre. Y ahora me iré de palacio, mientras Teseo esté fuera de este país.
[...]

Fedra, queriéndose vengar de Hipólito, se ahorcó, Teseo no llegó a tiempo para salvarla.  Junto a ella había una tablilla conde acusaba a Hipólito de haberla seducido.

[...]
FEDRA. — ¡Deja de hablar! Es evidente que antes no me aconsejaste bien e intentaste una acción funesta. Vamos, aléjate y preocúpate de ti misma; yo sabré arreglar mis asuntos. (La Nodriza abandona la escena.)
 (Al Coro.) Y vosotras, jóvenes nobles de Trozén, concededme sólo este favor que os pido: cubrid con vuestro silencio lo que aquí habéis oído.
CORIFEO. — Lo juro por Artemis venerable, hija de Zeus: nunca mostraré a la luz ninguno de tus males.
FEDRA. — Has hablado bien. Después de haber recurrido a todo, sólo hallo un remedio en mi desgracia para conceder a mis hijos una vida honorable y obtener yo misma un beneficio en mis actuales circunstancias. Nunca deshonraré, segura estoy de ello, a mi patria cretense, ni me presentaré ante los ojos de Teseo bajo el peso de mi vergonzosa acción, sólo para salvar mi vida.
CORIFEO. — ¿Vas a cometer algún mal irremediable?
FEDRA. — Morir; ya pensaré de qué modo.
[...]

NODRIZA. — (Desde dentro.) ¡Ay, ay! ¡Acudid en ayuda todos los que estáis cerca de palacio! Se ha
ahorcado nuestra señora, la esposa de Teseo.
CORIFEO. — ¡Ay, ay, todo ha terminado! La reina ya no existe, unida está a un lazo suspendido.
[...]

TESEO. — (Al Coro.) Mujeres, ¿sabéis qué significan esos gritos en palacio? Me ha llegado un eco confuso de servidores. Es evidente que mi casa no. estima digno acogerme con alegre familiaridad, abriéndome sus puertas como a uno que viene de peregrinación.
¿Le ha sucedido algo al anciano Piteo? Su edad es ya muy avanzada, pero, aun así, sería muy penoso para nosotros que abandonase este palacio.
CORIFEO. — El infortunio presente no ha alcanzado a un anciano, Teseo. Una persona joven ha muerto y te causará dolor.
TESEO. — ¡Ay de mí! ¿No habrá perdido la vida alguno de mis hijos?
CORIFEO. — Están vivos. Su niadre es la que ha muerto, ¡qué dolor más insoportable para ti!
TESEO. — ¿Qué dices? ¿Ha muerto mi esposa? ¿De qué modo?
CORIFEO. — Anudó a su cuello un lazo para ahorcarse.
[...]

TESEO. — ¡Oh, oh! ¿Qué significa esta tablilla que pende de su mano querida? ¿Quiere revelar algo nuevo? ¿Será una carta que escribió la desdichada suplicando algo por ella y por nuestros hijos? Valor, infeliz: ninguna otra mujer entrará en el lecho y en la morada de Teseo. Sí, la impronta del sello de la que ya no vive me acaricia. Vamos, desatemos las ligaduras del sello, para que pueda ver qué quiere decirme esta tablilla. (Desata las ligaduras y hace saltar el Sello.)
[...]


TESEO. — ¡La tablilla grita, grita cosas terribles! ¿Por dónde escaparé al peso de mis desgracias?
Perezco, herido de muerte! ¡Qué canto, qué canto he visto entonar por las líneas escritas, infortunado de mí!
[...]
TESEO. — ¡ No podré detener en las puertas de mi boca la infranqueable y mortal desgracia! ¡Ay ciudad!¡Hipólito se atrevió a violentar mi lecho, deshonrando la augusta mirada de Zeus! ¡Oh padre Posidón, de las tres maldiciones que en una ocasión me prometiste, mata con una de ellas a mi hijo y que no escape a este día, si las maldiciones que me concediste eran claras!
[...]

Teseo, entonces, obligó a su hijo a exiliarse y tras maldecir a Posidón, el dios dio muerte a Hipólito.

El sarcófago de Hipólito de la Torre del Pretiorio (Tarragona)

El "sarcófago de Hipólito" se encuentra en la Torre del Pretorio (Tarragona).  Fue encontrado en 1948 en Punta de Mora (Tarragona) por unos submarinistas, a 6 metros de profundidad.  Se trata de una pieza de 200x110x113cm, datada en el siglo III d.C. y realizada en mármol helenístico:



Hipólito se encuentra en el centro del sarcófago, es el protagonista de la historia, a su alrededor sus compañeros de caza y perros que lo enmarcan, al fondo y sobre la cabeza de Hipólito un arco con sustentado sobre capiteles corintios hace la misma función.  Con su mano derecha rechaza la noticia que la nodriza le acaba de dar sobre la pasión que siente hacia él Fedra.


En realidad el mito representado en el sarcófago comienza por este lado.  Hipólito ha llegado de su partida de caza.  En la imagen dos sirvientes descargan del lomo de un burro el ciervo cazado.




Posidón, tras la súplica de Teseo, da muerte a Hipólito.  Este cae del carro.  Frente a los caballos desbocados Posidón portador del tridente.  La figura femenina que aparece a la izquierda se ha especulado sobre si podría se Afrodita, culpable de toda la tragedia, que aparece como espectadora disfrutando de su objetivo: la muerte de Hipólito.




Se ha interpretado como el momento en que Hipólito es acusado de haber intentado seducir por Fedra, pero es algo difíci saber el significado concreto porque faltan todas las cabezas de los personajes. En el extremo izquierdo podemos ver a Afrodita, que reconocemos porque lleva en su mano la concha, después se ha creído ver a Fedra, apoyada en Teseo, que aparece en posición frontal con el puño cerrado demostrando su furia, detrás  se adivina una figura femenina de la que solo se conserva la túnica larga y los pies, se piensa que podría ser Enone.  Finalmente, en el otro extremo, Hipólito junto con un amigo y un perro.


Interesantes/curiosas son las palabras que Eurípides pone en boca de Hipólito sobre las mujeres inteligentes:

[...]
HIPÓLITO. — ¡Oh Zeus! ¿Por qué llevaste a la luz del sol para los hombres ese metal de falsa ley, las mujeres? Si deseabas sembrar la raza humana, no debías haber recurrido a las mujeres para ello, sino que los mortales, depositando en los templos ofrendas de oro, hierro o cierto peso de bronce, debían haber comprado la simiente de los hijos, cada uno en proporción a su ofrenda y vivir en casas libres de mujeres. [Ahora, en cambio, para llevar una desgracia a nuestros hogares, empezamos por agotar la riqueza den nuestras casas.] He aquí la evidencia de que la mujer es un gran mal: el padre que las ha engendrado y criado les da una dote y las establece en otra casa, para librarse de un mal. Sin embargo, el que recibe en su casa ese funesto fruto siente alegría en adornar con bellos adornos la estatua funestisima y se esfuerza por cubrirla de vestidos, desdichado de él, consumiendo los bienes de su casa. [No tiene otra alternativa: si, habiendo emparentado con una buena familia, se siente alegre, carga con una mujer odiosa; si da con una buena esposa, pero con parientes inútiles, aferra el infortunio al mismo tiempo que el bien.] Mejor le va a aquel que coloca en su casa una mujer que es
una nulidad, pero que es inofensiva por su simpleza.

Odio a la mujer inteligente: ¡que nunca haya en mi casa una mujer más inteligente de lo que es preciso! Pues en ellas Cipris prefiere infundir la maldad; la mujer de cortos alcances, por el contrario, debido a su misma cortedad, es preservada del deseo insensato. A una mujer nunca debería acercársele una sirviente; fieras que muerden pero que no pueden hablar deberían habitar con ellas, para que no tuviesen ocasión de hablar con nadie ni recibir respuesta alguna. Pero la realidad es que las malvadas traman dentro de la casa proyectos perversos y las sirvientes los llevan fuera de la misma.

FUENTES:
http://www.tarracowiki.cat/wiki/El_sarc%C3%B2fag_d%27Hip%C3%B2lit

EUCLIDES, "Hipólito", 
traducción de Alberto Medina González y Juan Antonio López Férez
Ed. Gredos.

Fotos de la autora.