23 jul 2011

Calder, me encanta!






La mayoría de obras de arte del siglo XX no me gustan, pero he redescubierto un artista que ayer mismo debía haber cumplido 113 años (como bien nos lo recordaba Google), y digo redescubierto porque me encantaba de pequeña y lo tenía guardado en el fondo de la mente, gracias al examen de septiembre (de arte del siglo XX) lo he desenterrado.



Alexander Calder nació el 22 de julio de 1898. Estadounidense. Escultor. Es conocido como el inventor del móvil (juguete móvil colgante), es decir, de la escultura móvil cinética.




De él escribieron: "Calder se diverte fabricando aparatos que tienen por fin único divertir: precisamente divertir o desplazar el pensamiento del especatador respecto del uso normal de esos materiales industriales. [...]. En una sociedad industrial seria, Calder sería un obrero al que habría que despedir inmediatamente, pero eso es lo que le gusta: ser el último obrero libre, ingenioso e inventivo en una sociedad para la cual el obrero serio es un robot" (Argan).



Calder pertenece a la corriente artística del Constructivismo. Es un nuevo arte que nace en el siglo XX, es renovador, revolucionario, creado para un nuevo orden social, el de despues de la Primera Guerra Mundial. Rompe con las antiguas técnicas escultóricas, con todo lo que daba singos de tradicionalidad. Sus obras tienen infinitos puntos de vista, es imposible que el espectador fije su mirada en uno solo, y cada uno de esos puntos de vista es distinto de otro. Además fue el precursor del arte minimalista tan de moda hoy en día.




Calder buscaba en su obra el equilibrio inestable y oscilante. Cualquier movimiento del aire circundante provoca leves desplazamientos en cada una de sus piezas que a su vez arrastran a otras partes de la escultura a las que están enganchadas. El principio ténico es similar en casi todas sus obras: una cascada de elementos multiplicados desde la parte más elevada hasta la más baja. La lentitud de movimientos da una sensación de ingravidez al espectador.


1 comentario:

  1. Mira, otro ejemplo de la aparente simplicidad del arte contemporáneo. Pero que de simple, nada de nada, vaya.

    ResponderEliminar